Idioma español en Filipinas: ¿por qué desapareció en menos de un siglo?

El Archipiélago de las Islas Filipinas fue un territorio español desde mediados del siglo XVI hasta el año 1898. A partir de ese momento pasó a manos de los Estados Unidos de América como consecuencia de la breve guerra provocada por este país con la finalidad de constituirse en un imperio colonial a costa de la integridad territorial de España, aprovechando la debilidad institucional por la que ésta atravesaba a finales del siglo XIX. Además de Las Filipinas, los EEUU consiguieron apoderarse también de Cuba, Puerto Rico y la Isla de Guam.

La lengua española se utilizó como lengua oficial y vehicular por la administración y los filipinos de las diferentes etnias que poblaban el entramado de islas que conforman el archipiélago y como lengua de uso común entre los habitantes de las islas de mayor tamaño y población (Luzón y Mindanao). La expansión de la lengua fue consecuencia de la labor divulgadora que llevaron a cabo las órdenes religiosas de la iglesia católica (sobre todo Dominicos y Jesuitas) durante los primeros dos siglos y medio y de la instrucción pública obligatoria establecida en el último medio siglo de los más de trescientos años de administración española del archipiélago filipino.

A diferencia de Cuba y Puerto Rico, en los que el idioma español ha logrado mantenerse como lengua oficial y abrumadoramente mayoritaria, en Filipinas prácticamente ha desaparecido su uso por parte de la población a partir de los años cincuenta del siglo XX.

Los motivos de esta inmersión lingüística han sido:

  • La estrategia del gobierno colonial de los EEUU que aplicó planes sistemáticos para acabar con el legado hispano en Filipinas, siendo el más efectivo el establecimiento del inglés como única lengua en el sistema educativo filipino.
  • Las consecuencias de la guerra filipino-estadounidense, también denominada insurrección filipina, en la que murió aproximadamente el 15% de la población que habitaba el archipiélago a comienzos del siglo XX (más de un millón de personas, probablemente un gran número de ellas pertenecientes a los colectivos más instruidos).
  • La invasión japonesa durante la II Guerra Mundial, que diezmó el colectivo de descendientes de españoles y occidentales en general.
  • El bombardeo y destrucción de los barrios coloniales de la ciudad de Manila por parte de la aviación del ejército de los EEUU durante la II Guerra Mundial. En esta zona de la ciudad residían la gran mayoría de los descendientes de españoles y muchos fallecieron o emigraron tras la guerra.

En definitiva, los avatares bélicos ayudaron. Pero fue sobre todo mediante la prohibición impuesta por la administración estadounidense de recibir educación en otra lengua que no fuera el inglés (y en menor medida por la aplicación de otras políticas complementarias de inmersión lingüística en los ámbitos legales, periodísticos, administrativos y sociales) como los EEUU consiguieron que en Filipinas, en menos de dos generaciones, el uso del inglés fuera mayoritario y el español haya prácticamente desaparecido.

Las últimas estimaciones calculan que, a día de hoy, de los aproximadamente tres millones de filipinos que hablan español, más de dos millones lo tienen como segunda o tercera lengua y unos 600.000 tendrían como lengua principal una variante criolla del español denominada “chabacano”.

En la actualidad el idioma español es valorado y utilizado ocasionalmente por una parte de las élites culturales y académicas filipinas que aún lo consideran un rico legado y un atributo de identidad cultural nacional, pues en él se escribió una parte fundamental de la historia, la literatura y la poesía filipinas.

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