¿Te acuerdas de la última vez que te reíste tanto que apenas podías respirar? ¿Cuándo fue la última vez que te saltaron las lágrimas a causa de una incontrolable, espontánea y extenuante risa? Por suerte puedo decir que sí, me acuerdo perfectamente de la última vez que disfruté de un buen rato de diversión. Fue hace un par de días, en el Teatro Príncipe Gran Vía, de Madrid (España), viendo la extraordinaria obra de José Luis Alonso de Santos, «Pares y Nines«.
La obra estuvo en cartel durante varias temporadas en Barcelona con el título «T’estimo però no tant». El pasado 29 de junio se estrenó en Madrid la versión castellana de esta entrañable comedia en la que los personajes encarnan las diferentes etapas y consecuencias del amor. El informático Federico (Josep Linuesa) y su amigo Roberto (Carlos Chamarro), un profesor de instituto que se encuentra en el paro, tienen un pasado en común con Carmela, con quien ambos estuvieron casados. Roberto, que aún se desvive por Carmela, busca refugio bajo el techo de su amigo Fede, quien intenta consolarlo sin éxito hasta que aparece Nines (Mónica Corral), una vecina joven, atractiva y un poco loca.
Fede, Roberto y Nines llenan el escenario de un humor constante y envolvente, que no deja indiferente a nadie. La pasión, el despecho, la ilusión, la ira, el deseo de venganza, el entusiasmo y las hormonas (o feromonas) se asoman continuamente por el escenario en un ritmo trepidante, característico de las creaciones de Alonso de Santos. Los diálogos enérgicos y dinámicos atrapan al público durante toda la obra, garantizando una experiencia agradable, divertida y, por supuesto, muy recomendable.
Como decía Lope de Vega, «esto es amor, quien lo probó lo sabe».